Las cosas siempre pueden ir a peor….si el otro día tenía enferma a Maia, ahora también lo está Hugo, así que ahora somos tres en casa, compartiendo más que cariño. Parece que hoy la fiebre comienza a remitir y ciertamente, los chicos se ven más animados. Ya tienen energía incluso para pelearse y discutir por tonterías, algo que ayer era del todo impensable. En fin, como os podéis imaginar, estoy de lo más entretenida y aprovecho el rato de la siesta, bendita sea, para publicar esta entrada.
En días así, además de hacer de mami amorosa y enfermera abnegada, también necesito encontrar un hueco para otro tipo de tareas. Desconectar un rato, aunque sea frente a la pantalla del ordenador, o bajar al súper a hacer la compra en cuanto mi marido aparece por la puerta, hace que conserve mi salud mental…al menos, la que todavía me queda, ja ja… Imagino que a muchas madres les pasa lo mismo, ¿a que sí?
Por consiguiente, en vez de echarme yo también la siesta, aquí estoy, compartiendo un ratito con todos vosotros. Y por cierto, con muchísimo gusto :-)
La receta de hoy es otra que tenía guardada desde hace semanas. No me gustan las fotos, las hice un día raro en el que no me sentía muy inspirada y nada parecía salirme bien (con excepción de este arroz, eso sí). Sin embargo, no podía dejar de publicarla por culpa de las fotos, pues un plato tan rico no se merece ese tratamiento. Es sano, sabroso y contundente, ideal para una comida invernal de fin de semana. Cada vez que recuerdo su textura cremosa y la costra crujiente que se forma gracias al queso y las setas, me dan ganas de llorar. Cualquier día de estos repito la receta, aunque tal vez incorporando algún ingrediente nuevo, ya veremos…
Este plato lo encontré en el estupendo libro de Heidi Swanson, Super Natural Every Day, que sé que muchos conocen. He hecho algunas recetas suyas, aunque son más las que tengo pendientes. (Creo que voy a crear una base de datos con todas las recetas que tengo dispersas por ahí y que quisiera preparar. Son tantas que he perdido la cuenta desde hace rato y me cuesta horrores la búsqueda de alguna en concreto).
Hace tiempo ya publiqué su bizcocho de buttermilk y ciruelas, que está bien rico y que por supuesto, también os recomiendo preparar.
Tal y como explico en la receta, podemos utilizar arroz salvaje, o bien mezclarlo con otras variedades, como son el arroz marrón y/o integral. Yo lo hice con una mezcla de estos tres arroces, que últimamente consumo mucho y que en mi opinión, es todo un disfrute para el paladar. De más está decir que soy una amante incondicional del arroz en todas sus modalidades. Para mí es un alimento imprescindible en mi dieta.
Bueno, espero que a partir de hoy las cosas vayan a mejor…. también cabe la posibilidad de que sea yo la próxima en caer con fiebre, justo antes del fin de semana….
En fin, no voy a adelantarme a los acontecimientos. El tiempo dirá.
